sábado, 7 de abril de 2012

MI LAVAVAJILLAS ES MÁS HUMANO QUE YO.

Una tarde de lluvia torrencial en Barcelona, friolenta e inhóspita, me ha incitado a tumbarme en el sofá, acurrucada con una mantita calentita, a pensar la mayor cantidad de estupideces que se puedan pensar por segundo cuadrado (Medida que acabo de inventarme. Si sirve para algo en el futuro, voy a reclamar los derechos. Que lo sepas).

Era tanta la satisfacción que sentía de ver a mi mente volando ajena a todo, feliz, distendida, irresponsable… tan suya, tan libre… que tenía que arruinarlo todo bajándole a tierra con un razonamiento tan liviano como un yunque de iridio.

Mientras mi mente divagaba, mis dedos jugaban con el aire como sobrevolando la nada hasta que mi corazón se paralizó.





De pronto vi, en cada uno de mis dedos, de ambas manos, como una realidad tajante e ineludible… un ENORME CODIGO DE BARRAS.

Fue tal el susto que me llevé como la inconsciencia de vivir tanto tiempo ajena a semejante evidencia.


Investigo un poquito y me entero de que esos pequeñísimos surcos “naturales” son en realidad: perennes, inmutables, diversiformes y originales.

Yo me quedé igual que tú. Pero entonces seguí leyendo…

Estas pequeñas redes se forman desde antes de nacer y nos acompañan, sin modificar ni un ápice su número, situación, forma y dirección, hasta después de la muerte. Es decir, que mientras nuestro cuerpo se está descomponiendo, ellos siguen allí identificándonos como fieles guardianes.

Además, si tenemos un accidente en la punta de los dedos, el código de barras se regenera exactamente igual a como estaba.





Por otro lado, absolutamente todos los seres humanos del planeta tienen un código diferente.

Y más espeluznante aún, los códigos son irreproducibles. Si los queremos hacer de forma artificial, se nota que no es la original.

Primero: Sí, todos los días de lluvia se me da por pensar estupideces.

Segundo: me cuestiono profundamente la “naturalidad” de mi cuerpo cuando tengo un código de barras impreso en cada uno de mis dedos desde antes de nacer hasta después de morir.

Tengo nariz para respirar, tengo oídos para oír, tengo pies para caminar… pero ¿Para que tengo un código de barra en los dedos? 

La naturaleza no hace nada porque sí. ¿Por qué la naturaleza querría identificar a todos los seres humanos con un código diferente?

De pronto tengo la sensación de que no soy tan libre como pensaba. Cuando compré mi lavaplatos lo primero que hice fue quitarle el código de barras. ¿Por qué? Porque quería que se sienta libre y parte de la familia, como es lógico.

¿Por qué a nosotros nos dejan este código de por vida?

¿Somos tan naturales los seres humanos como pensamos? ¿O somos máquinas encubiertas creadas por seres de otras dimensiones para generar energía y consciencia creativa para algún fin que desconocemos?

Es una hipótesis, no te asustes.




Por el momento, voy a dejar el código impreso en un delicioso salmón, mientras, con la ayuda de un buen vino, intento quitarme de la cabeza esta espeluznante realidad que tengo en cada uno de mis diez dedos… ¿O también lo tengo en los pies??... Déjalo… No quiero saberlo… No quiero saberlo…


SALMÓN EN MASA DE HOJALDRE.

Además de pensar cosas raras, las tardes de lluvia también me dan ganas de cocinar, por lo que me he inspirado en una receta italiana y me puse manos a la obra.

En un buen chorro de aceite de oliva virgen extra doré: una cebolla pequeña picada, un cuarto de pimiento rojo picado y un cuarto de pimiento verde.

Por otro lado herví espinacas, unas dos tazas. Posteriormente las saltee con tres dientes de ajo picados y una cucharada de salsa pesto.

Por último doré una cola de salmón (utilicé la cola porque no tiene espinas) con sal, pimienta negra recién molida y algunas hierbas que encontré en mi cocina.

Finalmente extendí una masa de hojaldre previamente comprada con mucho amor y coloqué la mitad de la cola del salmón, luego la mitad del relleno de cebollas y pimientos y por último la mitad del preparado de espinacas. Lo cerré y lo pinté con huevo batido. Lo mismo hice con la otra mitad de la cola y al horno.

Lo acompañé con una ensalada muy fresca de lechuga, ajos muy picados, vinagre, sal y aceite de oliva.

Si alguien me creó en un laboratorio, le agradezco enormemente que me haya puesto el chip de “disfrutar de la comida” tan alto en mi sistema.

¿Qué me olvide de este tema y disfrute de la vida?

Está bien, haré lo “humanamente” posible.

Que aproveche.

33 comentarios:

Carmen dijo...

¡Ahí le has dado! A algo que compramos es fácil quitarle el código de barras, pero quitárnoslo a nosotros mismo, ¡me parece del todo un imposible!

Me apunto tu receta del salmón, debe estar delicioso.

Un abrazo.

Luis Nieto del Valle dijo...

Original relato sobre ese curioso pensamiento. Y lo redactas bien, cosa que se agradecería en muchos blogs de personas que se autodefinen escritores. También me gusta esa combinación de lo "etéreo" y lo "tangible", como el el buen comer y un buen vino, resulta divertido.
Te invito a ver mis últimos poemas, el último es cortito y es de ayer (más alegre que el anterior, jajaja).
Bueno, un abrazo y besos

Bertha dijo...

Pués que siga lloviendo; si con esas cuatro gotas, te dedicas ha preparar estas maravillas recetas y encima razonas de esta forma tan científica que venga "D" y lo vea jajaja.

Un besote y que sigas tan positiva como siempre:-)

LaCuarent dijo...

Está claro que no somos libres que nuestras máquinas lo son incluso más que nosotros no te digo más que mi lavadora ha decidido cerrar su puerta y no abrirlas sino cuando está de buen humor para trabajar mientras que yo lo tengo que hacer aunque no quiera, en fin
Me llevo la receta
Un besin

Tita la mas bonita dijo...

Tu si sabes animar un descanso!! wao sin anímo de crear polémica y mucho menos poner en duda tu buena memoria o tus fuentes infalibles, quiero recordarte que también existen "Las cartas Dentales" que creo son parte de la identidad; la receta está hiper mega!

Un Besito Marino

Tracy dijo...

Chica... ¡pues sí que te dan a tí de sí las tardes de lluvia...

María Jesús dijo...

El hojaldre me gusta y el salmon para mi marido.... tal vez junto este bueno para los dos, jjjj me parece buena la combinación.....

Te de Ternura dijo...

ME GUSTA EL SALMÓN. lo de los CÓDIGOS... es harina de otro costal, aunque... a veces pueden sacar a más de una persona de la duda no crees?
BESOS QUERIDA, DESCANSA Y DEJA VOLAR TUS DEDOS:)

Carolina López Rodríguez dijo...

Chiquilla, mira que te cunde a tí una tarde de lluvia. Miedito me das si te tocara vivir el diluvio universal, jeje
Quien sabe, quizás sea cierto eso de que nos han creado otros seres y "Maybe oneday someone will come" (Simple Red, 198...),jajajaja
Bueno, bromas a parte, me quedo con el salmón, que además de encantarme he leído que es muy muy sano
Besitos

Norma2 dijo...

Y esa tarde de lluvia no se te ha ocurrido preguntarte quié fue el descubridor de "ese código de barras" que tenemos en nuestros dedos? bueno, te cuento fue Juan Vucetich, en Argentina, desarrolló y puso por primera vez en práctica un sistema eficaz de identificación de personas por sus huellas digitales.
Al igual que el dulce de leche, la birome y el colectivo, entre otras cosas, nos orgullecemos de que se hallan inventado por aquí.
Besossss

Cooking On My Mind dijo...

Solo en dias de lluvia piensas?jajajajaj...es que cada ocurrencia tuya...y yo puedo responderte, si en la planta de los pies tambien tenemos huellas.....sabes lo que hacia yo con la lluvia...cocinar cosicas dulces y ricas que me encantan, despues disfrute d emi sofa....sabes cual es uno de mis deseos de fines de semanas?...que lloviera uno de ellos para tener la escusa dequedarme en casa, no hacer nada y comer y comer...si tambien soy culpable....barcelona me encanta por eso...la lluvia..por cierto, esa receta es facil y rapida...hacer la masa es una labor lenta....que entretencion leerte...tanto por esas recetas deliciosas como por esos pensamientos humanistas...pero como buen hombre algo no me cuadra en esta cabeza......porque esa maquinita es mas humana que tu...?...acaso eres un robot?....abrazos..

ion-laos dijo...

Pues que te llueva mucho, porque te sube la inspiración a lo más alto. Qué pinta tiene esta receta y qué fácil de hacer, que esto también es importante.

El código sirve para descubrir asesinos, por ejemplo.

Besos!

EXPEDITO GONÇALVES DIAS dijo...

Essa é a grandiosidade de se estar vivo: pensar! Investigar! Criar! Desconfiar dos tantos códigos que temos e aos demais aos quais somos submetidos. E perceber o quão maravilhoso é este mundo! E principalmente, depois de tudo verificarmos o quanto estamos sós em nossa ignorância total acerca dos mistérios que nos cercam...
Abraços!
Feliz Páscoa!

orquidea59 dijo...

Jajajajaja, si hija si, llevamos chip en cualquier parte del cuerpo, en los dedos de los pies tambien, conste.
Ese salmón, rico, rico con su hojaldre.
Besazos

PD. Me encanta leerte.

Shoutforfood dijo...

I love your photos just as much as I love your recipes.

Maria Antonia Cantalejo San Roman dijo...

Los días de lluvia, nos afectan de forma distinta a cada uno de nosotros, a mi me entra tristeza necesito el sol, parece que me da vida, lo de los códigos de barra creo que son necesarios,es una forma de que no se nos puede copiar,aunque algunas veces haya cierto parecido físico, somos únicos, la receta la veo estupenda, con el hojaldre tiene que estar riquísimo ese salmón bst mi buena amiga

Anónimo dijo...

y yo que cuento!!!!jajajaja, brillante! brillante! mujer, como se hace, pues parece un "amanecer", pero, sabes, no se COMO LO HACES...me encantaría,de verdad, abrazarte, eres GENIAL!
gracias,mil veces gracias, y EXISTES Y COMO
gracias por el coment
lidia-la escriba y que se yo!

Maria Eugenia Aurensanz - Spiral Áurea dijo...

Hola, Papámba

No te creas, esos códigos de barras también cambian y tienen una información concreta sobre cada uno de nosotros. En quirología se estudia todo ello y la verdad, se descubre cosas muy interesantes sobre una.

La receta, tiene que saber fenomenal. :D.

Besotes.

David Cotos dijo...

Al final los seres humanos somos como códigos de barra perfectos. Digo o será que ya mucho estoy pensando o divagando.....

Diva de noche dijo...

Anotado!! en días de lluvia llevar guantes para evitar que me mojen esas tendencias inquietantes de sentirme experimento espacial...no sea que termine restregándome los dedos con un cepillo de alambre para que ningún ET me robe mis ideas...
Que no y que no....que me cuesta pensar y lo mio es mio grrrrr....
Besosssss niña..aqui acaba de empezar a llover asi que...veré tv mejor

garlutti dijo...

Me parece que ya somo muchos los que pensamos igual ...ese salmón ideal ...ahhh la lluvia y el frio , hace que agudicemos el ingenio al no salir de casa besos y buen dia de PASCUA , MARIMI

Manuel dijo...

Unos pensamientos que dan un resultado estupendo con esta receta que esta de muerte. Felicidades.
Saludos.

Laura dijo...

Jejeje, está claro que cada uno somos de identificación única y en eso está la gracia...
La receta que has preparado me chifla.., buagg, qué buena pita tiene todo lo que haces..un besote

Antonio Machado dijo...

Seu senso de humor é tão saboroso quanto suas receitas maravilhosas!
Um abraço de todos do atelier

Olga dijo...

Menos mal que no llueve mucho , me asustas, la receta estupenda, me encanta.

Valdomicer dijo...

Yo siempre he pensado que pones la huella en un tocadiscos y suena "La patética".
Un besino.

antonio dijo...

Somos únicos e irrepetibles cómo el el salmón que has preparado.Lo mismo pasa con los huevos fritos qué aun siendo de la misma gallina y hechos con el mismo aceite su forma siempre es diferente.En la naturaleza influyen tantas cosas que siempre es impredecible el resultado.

Abrazos y saludos afectuosos!

FELI dijo...

Espero que llueva muy a menudo .para que nos deleites y hagas publicos tus pensamientos.
ademas tus inspiraciones nos hacen que se nos llene la boca de saliva, este salmon en hojalre es una delicia
un saludo

Paco dijo...

Buenas tardes Papámba. Un salmón muy rico y exquisito el que has preparado, con ese hojaldre y toda esa buena verdura que le has puesto. La verdad es que te ha quedado de lujo.
Unos pensamientos muy hermosos y creo que muy personales.
Un saludo Paco

Teresa dijo...

Me parto contigo, nunca se me hubiese ocurrido pensarlo, sí que es preocupante, esta noche no duermo, jajaa!! Mientras te leía no hacía sino mirarme los dedos, por favor, para qué los tenemos ahí?? Prefiero no saberlo, de verdad!!
El salmón no requiere pensar, sólo comer y sentir esa delicia en el paladar, me quedo con él!!
Besoss

lidia dijo...

ORIGINAL RELATO, Y ESTUPENDA RECETA

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Mmm, salmon delicioso, tarde de lluvia, divagaciones teluricas sobre nuestra marca registrada, todo interesante y ademas rico, probare tu receta que se ve divina, un abrazo cariñoso,

Carolina C'Est Moi dijo...

Hola wapa!!

Ese código de barras nos hace tan diferentes como las rallas distinguen a una cebra de otra! Al final todos somos en esencia iguales pero especiales en cada una de las células que componen nuestro ser.

Unas recetas estupendas, dignas de la mejor mesa, a estas horas a quién no se le hace la boca agua?

Un Besazo