NO SOY FAMOSA (PERO COCINO BASTANTE BIEN)

Escribo en un blog que no es muy conocido, camino por la calle y no me mira ni cristo,  si buscas mi nombre en la Web, no estoy y si paso por al lado de cincuenta paparazis armados con cinco cámaras cada uno y a cuál de todos con el objetivo más grande, me piden que me aparte porque no les dejo "ver".

Y tu pensarás: Mucho mejor así, porque así eres libre ¿No?

Y yo te digo: Pues no. Yo prefiero que me rompan los huevos todo el día con los flashes de las cámaras y que me incordien una vez por mes con entrevistas para la CNN. 

Y tu pensarás: Ufff que agobio no poder ir al supermercado tranquilamente los sábados.

Y yo te digo: ¿Estás pensando lo que estás diciendo?

Y tu pensarás: ¿Pero para qué quieres ser famosa?

Y yo te digo: Para sentirme realizada y ser millonaria.

Y tu pensarás: Pero si el dinero no hace la felicidad.

Y yo te vuelvo a decir: ¿Estás pensando lo que estás diciendo?

Y tu pensarás: Los famosos no son “realmente” felices.

Y yo te digo: No, siempre se ríen porque están “aparentando”. Así deseamos ser famosos como ellos y cuando lo somos.. ¡Zas!... vivimos tristes para siempre. 

Y tu pensarás: Escucha. El otro día vi un programa en la tele que hablaba de esto, decía que el culpable de querer ser famoso es el exceso de información, que antes vivías en tu casa tranquilo pensando que el mundo era “eso” y ya está, cuando ahora prendes la televisión o el ordenador y sólo ves famosos y gente millonaria y exitosa con los dientes blancos como si se hiciesen buches con nitrógeno todas las noches, cuando en realidad lo que pasa es que te comparas con un grupo de gente, reducidísimo, que como lo tienes en la tele de tu casa y lo ves tan humano como tú, te parece que tienes que ser tan famoso como ellos y esto es lo que causa los cuadros de ansiedad tan espantosos que vive la gente hoy en día.

Y yo te digo: ¿No conoces los puntos? Estaba intentando terminar la oración y casi me viene una narcosis.

Y tu pensarás: ¡Volver a las raíces! ¡Eso es lo que hay que hacer! ¡Y ser felices con lo que uno tiene! ¡Con lo que uno ES! ¡Porque la vida es muy corta joder! ¡Vivir el momento y dejarse de tanta tontería! ¡Disfrutar del canto de los pájaros! ¡Del cielo! ¡Del sol! ¡De los ratos buenos porque sí! Porque ¡¡¡¿¿¿por qué no???!!! ¡ESO es lo que hay que hacer!

(¿O esto lo he pensado yo?)

En fin… ha sido un gusto hablar contigo.

PITAS RELLENAS (Sólo para famosos)

 

 

Un día de estos de primavera, calentito y sin importancia, coges unas pitas (previamente compradas :-)) y las rellenas al ritmo de las ganas de comer que tengas con:

-       espinacas

-       tomate

-       jamón

-       condimentos

-       salsa picante (si te gusta)

 

O ya puestos con:

-       maíz

-       carne picada

-       pollo en tiritas

-       guacamole

-       cebolla frita

-       ajos asados

-       champiñones…

Y tu pensarás: Esta receta podría haberla escrito yo también.

Y yo te digo:  Ya, pero ¿lo has hecho?

 

Y tu pensarás: ¿Sabes? Tienes razón, porque al final de cuentas, los buenos momentos son así, simples e impredecibles y si vamos a disfrutar de la vida “porque sí” ¿Tienes que hacer una receta exitosa de un pavo al horno con salsa Swoldofgorsof al Tucutú con champiñones al Smigohá confitado?

Y yo te digo: No. Voy a ser feliz haga lo que haga porque los momentos en los que mi alma ha sentido una “simpatía especial” por la existencia, ha sido en momentos así, que vienen de sopetón, como un viento equis, en una tarde de primavera cualquiera, de esas de las que uno no espera nada, de esas que uno no tendría por qué recordar, uno de esos momentos simples, que uno no sabe por qué extraña razón te llenan el alma, porque sí, sin más y no se si esto te da suficiente fuerza para vivir, pero ya  que lo que es “vivir”, por ahora, vas a “vivir” igual, es mucho más reconfortante “vivir” así, sorprendiéndote por todo a cada momento, disfrutando todo, no importa cuanto sea, que “vivir” preocupado por tus grilletes éticos, morales, filosóficos, de éxito frustrado, de vacío emocional o yo qué se qué grilletes tienes que no te dejan vivir riendo las veinticuatro horas del día.

Y tu pensarás: ¿Tu tampoco conoces los puntos?

¿O lo he dicho yo?

En fin. Buen provecho