- CUENTOS ENTRE COMIDAS 4

MI NIÑA.

Si pudiese transmitirte toda mi experiencia. Si pudiese explicarte cada paso que he dado y sus consecuencias. Si de alguna manera pudieses ver cada rincón del mundo en el que he estado y todo lo que de él he rescatado. Para que tú, mi dulce niña, des pasos más firmes y llenos de experiencia, conozcas cada sitio sin siquiera verle y aprendas de mis errores y nunca te atormenten. Para que tú, vida mía, vivas sobre lo que yo he vivido, ames con más cuidado del que yo he tenido y sientas con menos miedo del que yo he sentido.
Apenas podré contarte mi vida entera, apenas será un reflejo de lo que he sido y sólo tal vez si me crees un poco, te servirá mi tiempo y no estará perdido.



LA PASIÓN.



La verdadera pasión es mucho más grande que eso, es mejor que cualquier droga de las más potentes del mundo. La verdadera pasión te hace volar y nada tiene que ver con una necesidad vulgar del organismo. Va más allá, mucho más allá. La verdadera pasión enciende tu corazón con un calor intenso, pero que nunca te llega a quemar. La verdadera pasión te llena de vida el organismo, el espíritu y la mente. La pasión te llena de un respeto tan sagrado hacia el otro, un respeto igual al que puedes sentir por lo más sagrado de este mundo, porque se trata del mismo amor. Siempre es el mismo amor. Amor, es una palabra absoluta, no tiene matices o colores o tipos o formas. Sólo es y donde no es, también es. El amor no acepta “no ser”, el amor siempre “es”. Y la verdadera pasión es la que nace de este amor. Por eso llena tu espíritu de una sensación de satisfacción inimaginable, de gozo y de felicidad eterna, duradera, consciente e imposible de acallar. La verdadera pasión no se siente en ningún lugar del cuerpo, para que no haya droga capaz de hacérnosla sentir, para que no haya poder capaz de controlarla, de manipularla, para que no haya ciencia capaz de igualarla, ni mente capaz de entenderla, ni recuerdo capaz de atraparla.


DE ESO QUE NO QUIERO HABLAR.
















Amores grandes son aquellos
de los que nunca se cuenta
de los que nunca se escribe
de los que nunca se habla.

Amores grandes son aquellos
que todos los poemas callan,
que ninguna canción canta,
que en ningún árbol se tallan,
porque los amores grandes te parten el alma.

De los amores grandes, nunca se habla.


NO ME HAGAS REIR.


¿Somos lo que queríamos? ¿O lo que no tenemos más remedio? Este pedacito raro de realidad que vivimos por unos días ¿es nuestra vida? ¿O es la vida en general? Esta que soy ¿no te da miedo? Este miedo que siento ¿es natural?
¿Es natural que me conforme como un viejo lobo de mar? ¿O debería buscar con la energía del primer día? Este sin sabor, esta falta de sentido ¿Es cosa mía? ¿O es cierta esta ausencia total de explicación? Tengo tiempo para pensar ¿no debería? Me tomo el tiempo de preguntar ¿Es rebeldía?
Juego con las palabras, busco una verdad y no la quiero a medida. La prefiero única, ya no busco la armonía. Prefiero la verdad de verdad. No me hagas feliz, no me conforma. No me hagas reír  si no hay razón. Miles de respuestas no son mías, si esas respuestas no hacen callar a mi temor. Y si no tengo una respuesta ¿soy mentira? Y si no llego a nada ¿quién soy? No estoy jugando, háblame enserio, estoy enserio buscando una explicación.

LA LOCURA DE VIVIR.



Un alma llena, ilusiones pasajeras y sentir y sentir.
Amor y pena, la vida rueda, el corazón se altera y sufrir y sufrir.
Tus sueños en vena, tus temores llegan, tu mente que reniega y reír y reír.
Una vida llena, segundos que no esperan, momentos que golpean y seguir y seguir.

NO SE BIEN POR QUÉ.


Destino, paraíso, alegría
Esperanza de algún día perder la razón.
Horizonte, futuro, regocijo
Pensamientos que dan sentido al corazón.
Momento, cordura, silencio
Coherencia cotidiana que algún día perderé
Libertad, encuentro, locura
Sensaciones que tengo no se bien por qué.


DE AYER A HOY.


El mejor instante, la luz del sol más cálida, el segundo más mágico, los sonidos más intensos en el momento más especial, son la mayor angustia de la vida si llegan en mal momento. El sol ilumina el cerco de pinos, haciendo del cuadro una obra ideal. Mi corazón lo ve desde tantos ángulos. Lo ve desde cuando te conocí, desde cuando te estaba conquistando, desde cuando llenabas mi vida y yo la tuya, desde cuando envenenaba tu alma y no lo sabía, desde cuando te tenía tanto miedo que ni te veía. Desde ahí te escribo ahora, desde el pasado, desde el recuerdo, desde tantos años atrás que ya ni me acuerdo, te escribo desde donde ya no puedo, con la rabia en mi pecho de no poder volver al punto en que aún podría hacer algo para verlo. Te quería o te quiero, qué más da. Mi cabeza no estaba preparada para ello. Te quería o te quiero, que más da. Si no me dueles tú, me dolerá algo más. El corazón siempre duele si tienes un poco de tiempo para pensar.
Me pondría a llorar a los gritos, a los gritos traería aquellos momentos, bajo amenaza de muerte pediría tenerte cerca de nuevo, le ordenaría a la vida si pudiese, que fuese lo que no ha sido y si se atreviese a replicar, le pegaría un tiro en las entrañas de la realidad.
No te puedo traer del pasado ahora porque ya no estás, no eres quien decías, no soy quien era. No se si alguna vez has sido quien pensaba, no se si alguna vez yo fui quien creías. Pero la ilusión de habérnoslo creído, vale mucho mas que un universo de los más maravillosos recuerdos.
Entonces pensé que si vivía, pensaría algún día en este día, cómo mágico, inalcanzable, lejano y quién sabe, tal vez dentro de muchos años, al recordarlo, también lo desearía. Creí no merecerte, te juro que te quería.
  
TE ODIO. 




Hay algo aún más completo que encontrar amor en una mirada. Encontrar amor y odio. Sin los dos, el universo no estaría completo.
Hay algo aún más fascinante que lo mucho que te quiero. La manera en que a su vez, te niego.
Te miro a los ojos y me cuesta verlos. Porque siento que te miro tan adentro.
Hay algo aun más hermoso que sentirse mujer y hombre. Sentirse uno entre los dos, en un terreno sin dueño. 
Me encantaría explicarte lo que me pasa aquí adentro. Y caigo una y otra vez en la estupidez de intentar contarte lo que aún no entiendo.
Con lo que nos gusta la velocidad y apretando tanto el freno.
A mí, esta energía, casi no me entra en el cuerpo. Esto es grande, no se que tan grande será el universo.
A veces me miras con amor. A veces con odio. Es cierto eso que dicen, en realidad son el mismo sentimiento. Ahora yo también lo entiendo.
Si pudiera aplacar esto con la angustia de no verte. Pero disfruto de tu ausencia, tanto como del tenerte.
Que me pierda para siempre en esta demencia sin freno. Que te sienta siempre así, tan mío, tan libre, tan cercano, tan intenso.



Todos somos Ángeles y demonios al mismo tiempo. Sometiendo a los demás a nuestras mediocridades y ayudándolos a la vez con nuestras grandezas.