No es nada místico, ni religioso, ni peligroso. Pero vaya a donde vaya tengo la sensación de que me persigue el número 33 (tampoco dije que yo sea normal).
El tema es que además, me lo creo, me divierte que siempre me siga. Después de todo la vida es mucho más divertida si le admitimos sus magias insólitas.
Este no me lo encontré. Confiezo, lo escribí en la arena. En una playa al sur de Sydney, Australia.
Agosto de 2010
Estas me las envió Valeria. Las sacó en la Av. Joaquín Suárez. Montevideo. Uruguay. Pegó la vuelta a la esquina y allí estaba este doble número 33 que sólo algún necio podría ver como "tres mil trescientos treinta y tres". (Gracias Valeria!)
Mayo del 2010
En el piso 33 de la Giralda. Sevilla.
Abril del 2010
En la fachada de una casa de Londres.
Septiembre del 2008
En el metro de Londres.
En el aeropuerto de Barcelona.
Agosto del 2007
Agosto del 2007
En una fachada de Londres.
En un parking.
En mi móvil a las 00:33 de la mañana.
24 de Diciembre del 2006
24 de Diciembre del 2006
El número de teléfono de una pizzería.
Junio del 2009
En mi televisor. En la vuelta 33 del circuito de Mónaco de Formula 1.
Un circuito "hermoso" según los entendidos.
El reloj del coche.
Marzo de 2009
Una cena con amigos en una pizería italiana. Carita la Cena.
Enero de 2009
La fachada de un edificio en la Calle Vallespir - Barcelona.
Febrero de 2010
De camino a la una masía cerca de Mataró. Con Frans, Domi, Albert y Julio Cesar.
Marzo de 2010
Si te has encontrado con números 33, envíamelos a carol.builders@gmail.com