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viernes, 13 de enero de 2012

PIENSO. PERO NO EXISTO.

No hay nadie que me conozca como yo. Si algo no funciona sólo tengo que acudir a MI y siempre encuentro la solución.

ME estudié hasta los 20 años y a partir de ahí hice un Master en MI hasta los 30.
De los 30 hasta hoy, estoy trabajando en una tesis doctoral de MI MISMA.

Me lleva bastante tiempo porque tengo que compaginarlo con el trabajo y la familia. Pero adoro mi carrera, he asumido este compromiso, nací para estudiarme y no me detendré hasta que logre mi sueño: Graduarme en MI. 

Muchos doctores hablan de la psiquis humana. Muchos psicólogos hablan de nuestro comportamiento, de nuestros traumas de la niñez y de quiénes somos como adultos y por qué actuamos como actuamos.

Pero he recorrido todas las bibliotecas del estado, he investigado exhaustivamente en las páginas más especializadas de Internet. He consultado a filósofos, antropólogos, he leído y releído a los autores más reconocidos y he consultado a catedráticos de todas las índoles y he descubierto que nadie, curiosamente, en toda la historia de la humanidad y en ningún rincón del planeta, ha escrito absolutamente nada de MI.

Tanto es así que me he cuestionado mi existencia. Cosa que no lo descarto. Pero si al final de mi tesis doctoral llego a la conclusión de que “Pienso. Pero no existo”, el esfuerzo habrá valido la pena. Porque al menos será un buen punto de partida para las futuras generaciones que quieran investigarse a si mismas.

Espero no haberte robado mucho tiempo. No me pidas que te pase los apuntes porque no te van a servir de nada.

Eso si, si quieres estudiarte a ti mismo y piensas que ya eres mayor para empezar, te animo a que dejes estos prejuicios y te lances a la aventura.

Es una carrera larga y difícil, pero tiene sus recompensas. Y no es poca cosa que cuando algún día alguien te pregunte: “Y tu ¿a qué te dedicas?”
Puedas responder algo tan contundente como: a Mi.


OMELETTE MAR Y TIERRA con ensalada.

Cualquiera que me haya estudiado un poquito sabe que adoro los Omelette (o tortilla francesa como le llaman en España).

A este lo llamé así porque lleva champiñones y mejillones (si te faltaban proteínas… voilá!)


Simplemente colocas en una olla un chorro de aceite de oliva y cuando esté caliente colocas ½ kg de mejillones frescos (previamente córtale las barbas). Enseguida agrega una cucharada de perejil fresco picado y una cucharada de ajo picado y riégalo con un vaso de vino blanco.

Tapa la olla y al cabo de 5 minutos verás como los mejillones están abiertos y en su punto.

Así ya están deliciosos, pero si quieres continuar con la receta del Omelette, sólo tienes que quitar los mejillones de sus conchas y mezclarlos con 1 taza de champiñones  salteados en aceite de oliva, sal y pimienta negra y media taza de cebolla picada.

Cuando tengas la mezcla agrega 5 huevos (siempre asegúrate de que la numeración comience por “0” o “1”, si empieza por “3” es de gallinas casi torturadas!).

Luego agrega ½ cucharadas de queso suave picado.

En una sartén sofríe unos cuantos ajos en aceite de oliva para darle sabor. Luego retíralos y agrega la mezcla. A medida que se va cociendo, dóblalo en si mismo como para ir formando el Omelette.

Lo acompañé con una ensalada de: Espinacas, tomate, cebolleta, semillas de sésamo tostado, rabanitosqueso de cabra, aceitunas negras, perejil, sal, vinagre, aceite de oliva y pimienta.

Según mis estudios esta comida me encantó. Espero que a ti también. 

Que aproveche. 

A Guille. Por la fuerza y la inspiración.