PATROCINA UNA CIVILIZACIÓN.

Hace poco leí acerca de un hombre que está a punto de meterse en una cápsula, subir hasta la estratosfera gracias a la ayuda de un globo meteorológico y tirarse en caída libre con un traje espacial hasta abrir un paracaídas y llegar, con un poco de suerte, vivo a tierra.

Una hazaña asombrosa sin duda. Sobre todo teniendo en cuenta su enorme utilidad.

Este pionero abrirá un camino fantástico a las generaciones futuras que podrán tirarse desde la estratosfera cada vez que lo necesiten y todos sabemos que la humanidad necesita tirarse desde la estratósfera en caída libre desde hace tiempo.

El evento lo patrocina una marca de refrescos conocida por proporcionarte una energía y un nerviosismo en la sangre tan fantástico que sólo se te quita conduciendo un formula uno a trescientos kilómetros por hora o tirándote desde una cápsula espacial. Como es lógico.

Esta bebida “Te da alas”, dicen ellos.

Espero que se las den a este pobre hombre.

Si buscas en Imágenes de Google: “caída libre desde la estratósfera” encontrarás un montón de fotografías sorprendentes.

Si buscas luego: “hambre en el mundo”, también.

Si quieres sentir un poco más de vértigo también puedes mirar las cifras que pronostican que, para este año, a mil millones de personas les afectará el hambre crónica en el mundo.

Se me ha ocurrido que sería una buena idea que esta marca de refrescos, junto a tantas otras marcas, patrocinen pueblos, civilizaciones, escuelas, hospitales, bosques, enfermos, niños desnutridos al borde de la muerte…

Pero no de forma altruista, no. No se trata de una fundación. Se trata de un patrocinio. Estoy segura de que a nadie le importará llevar una camiseta con su logotipo siempre y cuando les den de comer, les den un techo donde vivir, educación y seguridad.

Podrían patrocinar sus cultivos, así nunca más tendrán hambre. Las mangueras de los regadíos podrían tener su logo y podrían pintar sus casas con esos lucrativos colores corporativos.

En las escuelas, antes de comenzar las clases, podrían hacer que los alumnos canten su jingle. ¿Qué más da? Siempre y cuando luego de la estrofa final les enseñen a leer y escribir, algo de geografía, ciencias naturales, historia…

Sería un pueblo entero con su logotipo, saldría en las noticias y las marcas podrían competir unas con otras para ver qué pueblo es más feliz y vive mejor y esto demostraría el poder de esa marca. Y todos sabemos lo importante que es que una marca tenga poder.

“El pueblo Bayer ha superado este mes ampliamente al pueblo BMW. Sus habitantes han llegado a los índices más altos de lozanía y comodidad.

Por su parte, Red Bull ha contraatacado con una estrategia publicitaria que sin duda pronto se verá reflejada en sus ventas: Ha desactivado una bomba nuclear. Desde el famoso patrocinio que la marca a hecho a un señor que se tiró desde la estratósfera, Red Bull ha buscando frenéticamente una idea que le supere y desde luego, parece ser que la ha encontrado.

Coca Cola por su parte sigue en la carrera incentivando a su pueblo de cien mil habitantes con innovadores planes de deporte. Según cuentan sus portavoces, el objetivo de estos planes es que las endorfinas que generen sus habitantes sean lo suficientemente elevadas como para alcanzar la felicidad absoluta y llegar así a subir un importante escalón en esta interesante lucha de patrocinios.

Por su parte, IBM sigue con su patrocinio de grandes bosques. Más de cinco mil millones de árboles ya llevan su logotipo tallado en su tronco. Prevén para el próximo 2013 llegar a la sorprendente cifra de ocho mil millones. Sus ventas han cotizado en bolsa más que nunca en toda su historia gracias a esta nueva tendencia publicitaria iniciada en el famoso blog de Raíces y Patas: el patrocinio de bienes reales para la humanidad.

Nike y Adidas continúan en su lucha por el primer puesto en macas deportivas. Nike con su ya conocido patrocinio de mares de los que ha quitado ya setecientas mil toneladas de plástico y ha aumentado en un 10 % la vida marina. Cientos de bollas distribuidas en puntos estratégicos con su ya más que conocido logo son el testigo de este colosal esfuerzo publicitario.

Adidas, por su parte, le sigue de cerca con su curioso plan de patrocinio al aire. En más de 560 ciudades ya se puede respirar aire puro y la prueba de ello son los globos aerostáticos que la compañía ha distribuido como prueba de su proeza.

Algunas marcas han optado por lo que se denomina un Splashed Sponsorship, o patrocinio salpicado. Es decir, un patrocinio que no solo abarca una región determinada sino partes de las mismas.

Así son el ejemplo de Budwaiser patrocinando las sillas de ruedas automáticas de, nada más y nada menos, que toda la humanidad o Louis Vuitton que ha puesto su logo en más de cincuenta mil perros quías para personas ciegas en todo el mundo o Bank of América cuyos colores ya podemos ver en más de siete mil aldeas distribuidas por todo el continente Africano.

Creativos publicitarios de todo el mundo batallan día y noche por esta curiosa lucha de marcas que ha llenado al mundo de un estado de bienestar único en la historia de la humanidad.

La gran pregunta es ¿Hasta donde llegarán las próximas ideas? La compañía Google ha amenazado el mercado de las marcas con un patrocinio que de lograrlo, será muy difícil de superar: el llenado masivo del vacío espiritual.

¿Terminará el mundo siendo un inmenso templo lleno de paz y armonía?

Con los índices tan bajos de enfermedades y mortalidad actuales, sin duda estaremos aquí para comprobarlo.

BRUSCHETTA ECOLÓGICA

Para la preparación de esta bruschetta lo primero que he hecho es proveerme del mejor pan ecológico integral que he encontrado en el mercado.

Lo pinté de aceite de oliva virgen extra por ambos lados y lo llevé al horno sobre unan parrilla hasta que el pan estuvo tostado.

Por otro lado hice el preparado con un tomate de huerta picado en cubitos pequeños, una cebolla, dos diente de ajo y albahaca picada. Agregué sal, pimienta negra y aceite de oliva.

Lo dejé una media hora para que los sabores se consustancien y luego lo coloqué sobre las rebanadas de pan.

Que aproveche.