sábado, 20 de noviembre de 2010

LA MAYONESA DE AVE Y EL DERECHO A VIVIR.

Me gusta salir al frío, respirar profundo con una leve sonrisa y los ojos cerrados, la cabeza en alto mirando, sin mirar, al cielo y encogerme de hombros regocijándome en el simple hecho de estar viva.

Cuando no tienes nada, cuando nada te espera, cuando no hay nada que perder, puedes permitirte el lujo de reírte mucho de cosas que para el resto no tienen gracia.

Y ¿qué más da? Tienen gracia si te han hecho reír un momento y eso simplemente, vale la pena.

Revuelvo los ingredientes de la comida de hoy y estoy alegre y lo mejor de todo es que no se por qué. Tampoco voy a preguntármelo, no vaya a ser que no encuentre una respuesta contundente.

Todo por lo que puedo estar triste hoy, simplemente, no me molesta. Y se lo agradezco tanto. Todo por cuanto lucho, hoy no lo recuerdo y aunque solamente sea por hoy, agradezco tanto no recordarlo.

Es tan lindo vivir porque sí. No recordar nada importante. No sentir nada en especial. Mirar al mundo con la libertad de un hada, sí, un hada ¿Por que no? Que vuela inocente y libre de pecados y recuerdos, que vuela alegre sin nada que temer.

Cada nota de tu guitarra tiene una historia por detrás. Hoy las entiendo todas. Cada una un instante irrepetible del pasado, que hoy tocas en un presente ineludible, construyendo algo que algunos podrían llamar futuro, que yo llamo inconciencia y que tu no llamas de ninguna manera porque solamente estás tocando.

Y es tan lindo solamente tocar. Solamente cocinar. Solamente sentir, vivir, ser, existir.

Es tan relajante, tan vivificante, tan aliviador sentir el poder de ser humano simplemente en “ser” “humano”. Es tan bueno tomarse el derecho de vivir y entonces… vivir.

Vivir como un niño ajeno a todo, sin conciencia ni responsabilidad. Nos han dado la vida. Vivamos y ya está. Sabiendo que cualquiera que esté mirando nos perdonará. Porque tenemos el derecho de vivir simplemente y disfrutar y jugar y reír y sentir y simplemente ser felices respirando profundo en el frío con una leve sonrisa y los ojos cerrados, la cabeza en alto mirando, sin mirar, al cielo y encogiéndonos de hombros regocijándonos en la simpleza de estar vivos.

MAYONESA DE AVE de LORIL.

Esta receta la cociné con mi madre hace dos años y medio. Como está tan lejos, el tiempo lo contamos en la medida en la que nos podemos ver. Así que esta receta la cocinamos hace unos dos meses aproximadamente.

Se llama Mayonesa de Ave y hasta donde se, viene de mi abuela (seguro que para mi abuela vendrá de su abuela y así).

Hierves una taza de arroz con unas hojitas de laurel. Lo dejas enfriar y lo colocas en un recipiente. Luego cocinas dos pechugas de pollo a la plancha, la troceas y las colocas en el mismo recipiente.
Cortas media cebolla muy pequeña y la agregas. Lo mismo haces con unas 15 aceitunas verdes, medio pimiento rojo, medio pimiento verde y un diente de ajo.
Agregas sal.
Aparte preparas mayonesa casera ¿Sabes como se hace? Otra receta  pasada de generación en generación.

Mira: cocinas un huevo. Quitas la clara y te quedas con la yema y la colocas en una taza grande. A un huevo crudo le separas la clara, te quedas con la yema y la colocas en la taza.

Tienes una yema cruda y una cocida.

Con la ayuda de un tenedor haces una pastita. Coges una botella de aceite de girasol (no de oliva por favor, que te quedará tan intensa que será incomible) y le agregas un chorrito equivalente a dos cucharadas. Revuelves enérgicamente en forma circular.  

Sigues agregando aceite a chorritos hasta que tengas la cantidad que deseas. Cuando terminas, le agregas el zumo de medio limón y sal a gusto (echa bastante, que quede “venenosa”, así decimos con mi madre).

Ahí tienes la mayonesa. Se la agregas a los ingredientes, revuelves todo y lo presentas en una fuente que puedes decorar con aceitunas, morrón rojo y lechuga. 

Es una comida fresca y sabrosa. Verás qué rica. Si tienes la suerte de, ese día, tener uno de esos días, en donde uno es feliz, simplemente y sin saber por qué, lo disfrutarás tanto que no podrás dejar de comer.

Y si no es uno de esos días pregúntate por qué. Nos vamos a morir todos. Nada tiene tanto sentido. Respirar, simplemente, es bonito. Olvídate de todo un día como si el mundo no tuviese otra cosa que hacer que perdonarte. Se libre, feliz e inconciente por una vez.

Nada cambiará mañana a no ser que tú lo cambies, pero hoy simplemente no es el día. Hoy es el día de vivir y ser feliz, no se bien por qué.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entré buscando algo que prepararme de comer a la vuelta del trabajo, y me voy con una parva de consejos que me han cambiado el día, y probablemente la semana. Simplemente: gracias.